Por Ricardo Bustos
Recuerdo cuando asumió Evo Morales su primer mandato en Bolivia, todos mirábamos asombrados la ceremonia indígena en la cima de una montaña. Allí pudimos observar a los Caciques y al propio presidente, con sus vestimentas tradicionales realizando el rito ancestral. Al finalizar, Evo descendió de la montaña rodeado por su gente y le decía al mundo que a partir de ese instante, iba a ser juzgado por sus actos de gobierno y si algo no se hacía como corresponde, sería el primero en renunciar porque las leyes y conductas de sus comunidades así lo imponían.
Lamentablemente hoy nos enteramos que los buenos no son tan buenos y no importa si son rojitos, blanquitos o morenitos porque la sangre es una sola y llegado el caso todos tenemos virtudes o defectos.
«El Evo de la montaña», es el mismo que compartió el acto de despedida con la «Cristina del llano» y todavía no pudimos saber qué motivos tuvieron ambos para ser únicos en ese encuentro, teniendo en cuenta que en el país teníamos por esas horas 7 Jefes de Estado, la mayoría del riñón ideológico kirchnerista.
Aún no se informó sobre la cantidad, pero es noticia internacional que son muchos los dirigentes indígenas bolivianos aliados y soporte político de Evo, que fueron detenidos y otros que están en la mira de la Justicia como el caso de la ex-ministro de Desarrollo Rural de Bolivia Nemesia Achacollo por malversación del dinero destinado al Fondo de Desarrollo Indígena.
Por lo que vemos, aquí también se da un caso de similitud con el extinguido «modelo» argentino que nos abandonó hace unos días dejando un «tendal» por el camino, tratando hoy de proteger a su gente. Los tuyos y los míos sería un buen título para la película, con la diferencia de la interpretación que podemos darle a este caso es mas grave aún porque están en medio de la investigación los mismos Caciques que el día de la Jura de Evo, nos mostraban una imagen de conducta intachable y su pueblo seguía sus consejos. Lástima enorme porque nuestros hermanos bolivianos, aquellos que habitan en nuestro país o en el suyo, son gente noble, sacrificada y con una voluntad inquebrantable por ayudar a sus semejantes con la familia como premisa.
Se habla en Bolivia desde el oficialismo que nunca se combatió tanto la corrupción como en la gestión de Evo Morales, pero casualmente la malversación surge del mismo gobierno indígena que defiende la gestión del presidente.
Algunos miembros de la oposición critican al gobierno porque dicen que los detenidos son campesinos enfrentados al sindicalismo, brazo obrero de Evo.
No es poca cosa lo que se ha descubierto y aún no se sabe desde que época viene ocurriendo, pero lo cierto es que La liquidadora del Fondo Indígena, Lariza Fuentes, detectó un daño económico de 35 millones de dólares por mas de 30 proyectos que no se ejecutaron y figuran finalizados y por más de 700 proyectos inconclusos que recibieron fondos que, en muchos casos, fueron a parar a cuentas personales de quienes están siendo investigados.
Desde entonces, una comisión especial de fiscales (que ojalá no sean como muchos de los argentinos) investiga el caso. Se sabe que los dineros a los que hace referencia la denuncia, provienen de la venta de gas y minerales al exterior. Aunque no podamos creer, Bolivia es uno de los países de nuestra América que aún no tiene red de gas en muchos distritos.
Extrañamente y salvando las distancias, como todos ante la ley somos iguales, vemos que por esta zona del planeta, algunos somos menos iguales que otros y allí está la diferencia a la hora de comparar la calidad de vida de unos y otros.
Da para pensar y mucho cuando escuchamos a los líderes latinoamericanos, en su gran mayoría cuestionados en la política y perseguidos judicialmente, con la ligereza que acusan a los sistemas que no son afines a sus ideas, olvidando que a los presidentes los elige el pueblo, como les sucedió en su momento a ellos.
Se les fué de la mano o perdieron el control sobre su gente, la misma que con total impunidad han saqueado a su propio pueblo sacando tanto de la lata que no queda nada en el fondo para «rascar».
Intentan ahora defenderse con argumentos imposibles de sostener con pruebas visibles y saben que el mundo no está alambrado y son pocos los países que no tienen extradición.
Según informa el diario El País de España, un caso ilustrativo de corrupción en Bolivia lo constituye un financiamiento para plantar una hectárea de ajo para cada una de las familias de un grupo de 500 que viven en Puerto Acosta. Según la denuncia, tres dirigentes de la Federación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa, organización fundadora del MAS, engañaron a estas familias y lograron que firmaran testimonios de que recibieron el beneficio completo, a cambio de medio kilo de ajo para cada una.
Cuando veo estos casos me acuerdo de lo sucedido en Formosa o Chaco, con las imágenes que nos mostró la televisión en el momento que a los aborígenes de nuestra región los punteros de los pueblos originarios afines a los gobiernos formoseños y chaqueños que reciben su «tajada» por controlar a su gente, les retienen sus DNI a la hora de votar a cambio de alguna bolsa de comida que solo alcanzará para dos días y bien administrada.
Este escándalo en Bolivia desestabilizó el discurso oficial sobre la probidad de los indígenas en un gobierno, considerados un día por el presidente Evo Morales…»reserva moral de la humanidad».
Seguramente, en un tiempo no muy lejano, habrá mas noticias para este boletín porque se escuchan «ecos de tambores» por Ecuador y Perú, con resonantes casos de corrupción que ya están afectando la gobernabilidad.
«no se trata de tu origen sino de los valores que llevas para ser corrupto o no». (Oscar Lima- lector)
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556